VILADOMAT - DIPUTACIÓ

2014-2015

Proyectar un edificio de viviendas en el Eixample de Barcelona más de 150 años después de la aplicación del Plan Cerdà obliga a extremar la reflexión en aquellos aspectos del proyecto que más se alejan de los estereotipos del Eixample. Entre ellos, cómo habrá que concebir el edificio para adaptarse a las nuevas necesidades del siglo XXI y al mismo tiempo cómo sus fachadas tendrán que dialogar y respetar tantos años de historia.Y esta voluntad se hace aún más compleja al tratarse de la reconversión de un edificio preexistente de oficinas, en viviendas.

Concebido de forma muy alejada de los edificios tradicionales del Eixample, el edificio preexistente es resultado de una época en la que se priorizaba la rentabilidad económica, la optimización y máximo aprovechamiento del espacio y la simplicidad y coste constructivo, aunque ello sometiera las condiciones de confort y habitabilidad de los espacios.

En este proyecto, leemos estas dos épocas y buscamos los aspectos en los que confluyen; manteniendo e incluso enfatizando el orden y expresividad estructural del edificio preexistente pero a la vez recuperando algunos de los elementos que definen los edificios del Eixample tradicional como las galerías, elementos salientes y aberturas verticales.

En la concepción de las fachadas queremos expresar esa intención reconciliadora. Por un lado, como encontramos en los edificios tradicionales, ambas fachadas tienen su propio carácter; la fachada a calle, más sobria, y sometida a la estricta regulación de la normativa del Eixample utiliza contraventanas correderas de libreto para filtrar la luz y las miradas hacia los grandes balcones interiores que funcionan de espacio intermedio entre la dureza de la calle y el interior de la vivienda; la fachada al patio de manzana, con un carácter más doméstico, recupera las persianas tradicionales de madera en las galerías y el verde barcelonés.

Sin embargo, a pesar de este carácter diferenciado, las dos fachadas mantienen un modulaje común y muestran, de la forma más sincera, la estructura pétrea heredada que las compone, marcada por los cantos de pilares y forjados, que vertebran la fachada formando un patrón homogéneo de nichos cuyo acabado será más o menos opaco según el programa interior.

La volumetría y estructura existente, que se mantiene, la separamos en dos volúmenes, vaciando una gran franja central de medianera a medianera que conformará el núcleo vertical y dos grandes patios que permitirán la ventilación cruzada y aporte de luz natural en dos fachadas de todos los viviendas. Las dos últimas plantas del edificio se retroceden para disminuir la agresividad del edificio existente y favorecer la creación de terrazas.

El programa del edificio, de PB+9, consiste en 36 viviendas, distribuidas a partir de la primera planta, y un local con ventilación cruzada en planta baja haciendo frente a la calle Viladomat. Se distinguen hasta 5 tipologías de vivienda, todos ellos disfrutan de ventilación cruzada, con zonas húmedas agrupadas y perimetrales permitiendo que las zonas más vividas se desarrollen aprovechando la máxima amplitud de la fachada principal y entorno a las galerías interiores.